Con la COP16 cada vez más cerca, las agendas de debate se van cerrando. Los Pueblos Indígenas son el centro de discusión en el evento de biodiversidad más importante del mundo. ¿Cuál será su papel para la conservación de nuestro planeta y para salvar la Amazonía?
Este año la agenda de la COP16 busca que se fortalezca y se haga énfasis en el papel de los Pueblos Indígenas y de las comunidades locales como custodios de la biodiversidad y poseedores de conocimientos tradicionales invaluables para la conservación de la biodiversidad. De manera que varias organizaciones indígenas se están preparando para que su voz se escuche en este evento global por la biodiversidad que se desarrollará en Calí, Colombia, en Cali entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre.
Las expectativas de la COP16 se encuentran en el Marco Mundial para la Diversidad Biológica Kunming-Montreal (KMGBF) donde se incluye el reconocimiento y el respeto de los derechos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. El marco fue aprobado en la COP15 en el 2022 y en él se acordó aplicar un enfoque basado en los derechos humanos en todos los niveles de conservación de la biodiversidad, para implementar de manera efectiva y equitativa acciones que reconozcan el valor del conocimiento tradicional. La COP16 se convierte así en el escenario propicio para garantizar que todo esto se convierta en una realidad.
En la reciente Cumbre Mundial TRɄA sobre Conocimientos Tradicionales relacionados con la Biodiversidad, que se celebró en Bogotá, se reunieron más de 150 representantes de África, Asia, Rusia, Europa, el Pacífico, América Latina y el Caribe y Norteamérica.
En una rueda de prensa la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad aseguró que “en la COP16 se va a decidir la aprobación del plan de trabajo para los próximos 10 años para Pueblos Indígenas y comunidades locales, que implicaría un acuerdo de cómo los gobiernos van a apoyar el trabajo de los Pueblos Indígenas, sus territorialidades, sus derechos, precisamente para que sean actores fundamentales en el cuidado de la diversidad biológica”.
Por su parte, los representantes de los Pueblos Indígenas que se reunieron en la cumbre hicieron un llamado a las partes que participarán en la COP16 para la creación de un órgano subsidiario permanente para el Artículo 8(j) del Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD) como demostración del reconocimiento y respeto del conocimiento tradicional y cultural indígena y local en el KMGBF. Señalan que se creación contribuirá a fortalecer la participación de los Pueblos Indígenas en el marco del CDB, a mejorar su posicionamiento en los procesos de toma de decisiones y a tratar temas en profundidad que no están siendo considerados por otros órganos, como por ejemplo la contribución de tierras y territorios a la conservación de la biodiversidad.
Asimismo, plantean que se adopte un nuevo programa de trabajo sobre el Artículo 8 (j) que guíe los compromisos de los países para respetar, preservar y mantener los conocimientos tradicionales hasta 2050 y que se reconozca la contribución de estos a la conservación de la biodiversidad y al uso sostenible de los recursos naturales, por lo que se debe incluir que los Pueblos Indígenas tengan acceso directo al financiamiento de estas actividades.
Biodiversidad y territorio
El pasado agosto, a propósito del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, Astrid Schomaker, secretaria ejecutiva del CBD de las Naciones Unidas, recordó que el KMGBF reconoce el papel crucial de los Pueblos Indígenas y, por extensión, los derechos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial, como custodios de la biodiversidad y como socios en su conservación, restauración y uso sostenible.
Añadió que el KMGBF incluye objetivos para garantizar que sus derechos, incluidos los relativos a sus conocimientos tradicionales, sean respetados y que su relación especial con sus territorios y tierras esté plenamente protegida, de conformidad con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
La declaración del CBD señala que es imperativo que las políticas de conservación respeten los derechos fundamentales de los Pueblos Indígenas, incluida su autonomía, salvaguardando sus territorios para preservar sus formas de vida tradicionales e identidades culturales.
“Lo importante para los Pueblos Indígenas es el respeto a nuestro territorio”, enfatiza Ketty Marcelo, presidenta de Onamiap (Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú).
Ketty Marcelo remarca que los negociadores deben tomar en cuenta la destrucción de la madre naturaleza, que afecta también a los Pueblos Indígenas, sobre todo a las mujeres. “La COP16 debe asegurar nuestra participación efectiva, no solo nuestra presencia en los side events, pues podemos aportar en las negociaciones y decisiones de los Estados”, agrega la lideresa Asháninka que asistirá a la convención.
En muchos casos, los Pueblos Indígenas aún habitan sus territorios ancestrales, donde conservan sus tradiciones, conocimientos y lenguas; además, son los custodios de gran parte de la diversidad biológica del planeta.
“El territorio es como nuestra casa”, dice Fanny Utitiaj, fundadora de Mujeres Amazónicas Defensoras del Bosque, colectivo fundado por mujeres de las siete naciones indígenas de la Amazonía ecuatoriana. La lideresa del Pueblo Shuar Arutam subraya la conexión profunda que las comunidades indígenas tienen con su tierra, lo cual es fundamental para su identidad y sobrevivencia.
“Durante siglos, los pueblos y nacionalidades indígenas, venimos protegiendo la biodiversidad de la Amazonía. Defendemos nuestros derechos a la libre determinación, nuestro territorio. Sin nuestra lucha, la Amazonía estaría totalmente destruida por los proyectos extractivos hidroeléctricos, la expansión agrícola. Sin embargo, la explotación extractiva en el territorio del Pueblo Shuar Arutam (PSHA) ha generado la pérdida de la biodiversidad y contaminación, y ha causado enfermedades, problemas sociales y violencia de género”, declara a Colmena Lab.
Utitiaj advierte que el Estado ecuatoriano no cumple con sus compromisos ambientales, ni respeta los derechos de los Pueblos Indígenas: “El presidente del Ecuador, Daniel Noboa, no ha hecho nada para proteger la biodiversidad en los territorios amazónicos. El Ministerio del Ambiente ha dado licencias a empresas extractivas, en lugar de generar una estrategia nacional de biodiversidad que contenga un capítulo que proteja los derechos de los Pueblos Indígenas, que somos los que protegemos la biodiversidad”.
Pequeñas luchas grandes victorias
La lucha de la Nacionalidad Waorani del Ecuador por el Yasuní
El Parque Nacional Yasuní es un símbolo de la biodiversidad en la Amazonía ecuatoriana, con más de 1.000 especies de árboles, más de 600 especies de aves, más de 200 especies de peces, más de 200 especies de mamíferos, entre otras. En agosto de 2023 se llevó a cabo un plebiscito sobre el Bloque 43-ITT, el principal yacimiento petrolífero de Ecuador y que está ubicado en el parque, y el 58 % de los ecuatorianos votó a favor de su cierre y desmantelamiento en el lapso de un año. Un hecho histórico sin duda y una esperanza de conservar esta joya de diversidad biológica que no solo está expuesta a la actividad petrolera sino también ante taladores ilegales y traficantes de especies silvestres.
Sin embargo, un año después el gobierno ecuatoriano solo ha cerrado uno de los 247 pozos que comprende el bloque. Por ello, una delegación de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (Nawe) se movilizó la última semana de agosto y exigió a la Corte Constitucional que haga cumplir el mandato del plebiscito.
El gobierno ha anunciado que cerrar el bloque de manera segura para el ecosistema y los indígenas (además de los Waorani, los Pueblos Tagaeri y Taromenane, que viven en aislamiento voluntario) que habitan la zona demorará más de cinco años. La NAWE señala, que ellos deben participar en el proceso de cierre de las operaciones, y proponen que este debe incluir la reparación ambiental, territorial, social, cultural y espiritual de los pueblos que habitan el Yasuní.
Alicia Cahuiya, lideresa Waorani, exige que se respete la vida de los Pueblos Indígenas y el resultado de la consulta popular
“El 20 de agosto de este año el gobierno debió retirar la explotación petrolera del Yasuní. Está incumpliendo, sigue extrayendo el crudo. Nosotros reclamamos desde nuestro territorio. Los Waorani no estamos de acuerdo con que se siga con esta actividad. Si esto continúa, saldremos a las calles a reclamar nuestros derechos. El Yasuní es nuestra casa, es el hogar de la biodiversidad, de la cultura de los Pueblos Indígenas”, expresó a Colmena Lab.
Para los Waorani, el Yasuní es el pulmón del mundo, “y el pulmón del mundo no se destruye”, agrega Cahuiya, quien además es coordinadora del Programa de Mujeres en la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Para ella es fundamental que los Pueblos Indígenas tengan el reconocimiento de su territorio de manera integral y autónoma, pues solo así se garantizará la vida para las generaciones venideras.
Al igual que las anteriores lideresas, Florina López Miró, lideresa Kuna de Panamá y coordinadora de la Red de Mujeres Indígenas sobre Biodiversidad de América Latina y el Caribe, destaca la importancia de defender el territorio, y que este no solo implica un aspecto limítrofe o espacial, pues el territorio lo es todo para los indígenas.
En su opinión, todo plan de desarrollo que se vaya a implementar en los territorios indígenas debe incluir una visión con pertinencia cultural y respeto por la biodiversidad.
“Sabemos que a nivel mundial, el 80 % de la biodiversidad que aún se conserva está dentro de los territorios indígenas, pero lamentablemente las estadísticas indican que se está perdiendo la biodiversidad debido a las actividades humanas, por personas que no consideran la riqueza natural que tenemos para dejarle a nuestras futuras generaciones”, declara a Colmena Lab Florina López Miró.
La conservación y protección de la biodiversidad también pasa por el respeto de los derechos humanos. “Las actividades extractivas, así como las delictivas afectan a la madre naturaleza, pero también a nuestras vidas y la existencia de todo ser vivo que habita la biodiversidad. Al destruir a la madre naturaleza, destruyen nuestras vidas. Por eso la defendemos, por eso proponemos soluciones, alternativas de desarrollo”, indica Marcelo.
Por un lado –continúa– “nos enfrentamos a un modelo capitalista que no respeta y destruye todo a su paso. De nada va a servir que hagamos políticas de conservación, si los gobiernos van a seguir abriéndole las puertas al extractivismo. Nosotros proponemos y exigimos otras alternativas de economía sin destruir a la madre naturaleza. Por el otro, están los delitos ambientales y las amenazas y asesinatos de nuestros hermanos indígenas, que están en la primera línea protegiendo territorios. Protegemos y defendemos nuestro territorio porque con ello preservamos nuestra alimentación; defender nuestros bosques, árboles, ríos es proteger también nuestras vidas. Y nos matan, nos persiguen. Y si protestamos, nos criminalizan”.
Marcelo alerta que el maderero, el narcotraficante, no llegan de casualidad a los territorios indígenas, lo hacen porque alguna autoridad les abrió las puertas, sea por una nefasta ley o por su ausencia.
“No hay leyes que den seguridad integral a nuestros territorios. Si se quiere conservar la biodiversidad, se debe proteger las vidas de quienes la protegen”, afirma Ketty Marcelo.
“Cuando se habla de la biodiversidad siempre se resalta la riqueza o de la diversidad de ecosistemas que hay en nuestro territorio, como algo que está allí, y eso es muy sesgado, pues de esa manera se invisibiliza lo que las mujeres y varones de los Pueblos Indígenas hacemos para que la biodiversidad se conserve. Se niega nuestro aporte”, enfatiza Marcela Machaca, ingeniera agrónoma quechua.
Marcela Machaca afirma que el territorio no es únicamente un espacio, se aprende de él. Y también es criado, especialmente en las altas montañas, donde existen ecosistemas muy frágiles: “Si no tuviéramos una relación filial con la naturaleza, con nuestro entorno, únicamente estaríamos pensando en aprovecharnos de la biodiversidad y eso ya habría llevado a su desaparición”. Machaca considera que cuando los gobiernos inician proyectos de desarrollo en los Andes no siempre tienen en cuenta la conservación de la biodiversidad.
“No comprenden lo que es proteger un territorio. No tienen como base la conservación de la biodiversidad. El modelo económico debe ser cambiado, lo mismo que el consumo. En cambio, los Pueblos Indígenas, ponemos por encima de todo el bienestar, no solamente del ser humano, sino también el bienestar de la naturaleza, el bienestar de nuestro territorio”.
Estos pequeños hitos a nivel mundial son grandes victorias para la biodiversidad. Actualmente los Pueblos Indígenas luchan en toda la amazonía para defender sus territorios. El Yasuní, es un acontecimiento histórico, como lo es la lucha de los Ayoreos por defenderse de las madereras en Faro Moro, Paraguay; o la lucha del Pueblo Yine, para proteger sus bosques a sus hermanos los Mashco Piro.
Conocimientos ancestrales
La protección del Yasuní es un reflejo de la relación armónica entre las comunidades y la naturaleza. “Nosotros mantenemos el cuidado del medio ambiente, reforestamos, mantenemos nuestra vida sana porque no somos contaminantes, no destruimos la Amazonía, conservamos este aire puro no solo para nosotros sino también para todo el mundo. Los indígenas convivimos con la naturaleza”, señala Cahuiya.
“Nuestros abuelos cuidaban y dejaron este territorio para que nuestras generaciones pudieran vivir. Ahora nosotros tenemos nuestro plan de vida; tenemos cosmovisión indígena para hacer nuestro proyecto de desarrollo propio y sostenible a futuro”, añade.
Ketty Marcelo coincide con Cahuiya. “Para nosotros siempre ha sido importante la sabiduría de las abuelas y los abuelos. Los Pueblos Indígenas son portadores de saberes ancestrales en la conservación de la biodiversidad. Pero esto no solo debe ser una narrativa, debe haber también un reconocimiento práctico de parte de los estados y las convenciones. Hay mucha teoría que no se refleja en las políticas públicas, y eso también es discriminación”.
La lideresa Asháninka subraya que también se debe reconocer y visibilizar el papel que cumplen las mujeres –herederas y difusoras de esta sabiduría– en el cuidado de la biodiversidad. “Son quienes transmiten el equilibrio en la relación con la madre tierra”, anota.
Cultura y naturaleza
A estás categorías también se refiere Marcela Machaca, fundadora de la Asociación Bartolomé Aripaylla (ABA), un núcleo de afirmación de la cultura andina a partir de la cual desarrollan esfuerzos para preservar las prácticas milenarias, como la siembra y cosecha de agua de lluvia. Conformada por profesionales quechuahablantes, su enfoque de desarrollo rural se basa en la interculturalidad y respeto por la naturaleza.
Marcela y sus hermanas no hablan de manejo de recursos hídricos, sino de crianza del agua, un concepto andino que denota la relación armoniosa de la comunidad con la naturaleza. No solo es que no falte agua, sino que se le quiera, se le críe. “Nunca hay que dejar de conversar con el agua, hay que darle mucho cariño”, resalta.
“La biodiversidad implica entender las formas de vida y sobre todo los diversos puntos de vista que hay en las culturas originales. El futuro del mundo depende de esto. La visión de los campesinos es cohabitar con la naturaleza. No tenemos la visión tergiversada y homogeneizada que tiene el mundo moderno, que es el que está matando la biodiversidad”.
"Las culturas tradicionales saben vivir junto a la naturaleza. Uno debe entender que las culturas originales tienen el derecho a la biodiversidad, el derecho a pensar de otra forma, vivir de otra forma” explica.
Florina López resalta el papel de la mujer kuna en la conservación y protección de la biodiversidad: “Tenemos sabias que han transmitido a nuestras generaciones presentes-futuras todo lo que significan las prácticas, los sistemas propios de vida que tenemos los Pueblos Indígenas. En ritos, en ceremonias, en nuestra espiritualidad, la mujer tiene un papel importante en la protección y en la conservación de los recursos, de las plantas medicinales; igual que el hombre, la mujer tiene esa sabiduría. El agua es muy importante y la mujer sabe cómo utilizar el agua”.
Conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales en la COP16
Como señalamos, uno de los principales temas que se discutirá durante la COP16 es el artículo 8(j) de la CBD, referido a los conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales en la conservación y uso sostenible de los recursos naturales. Se espera su reglamentación, pero sobre todo un nuevo programa de trabajo. Los Pueblos Indígenas también esperan que se resuelva un punto clave y debatible en los documentos del CBD: distinguir entre los términos Pueblos Indígenas y comunidades locales, pues consideran que estar en un mismo sujeto puede mermar todos los derechos que han alcanzado tras décadas de luchas. Por su parte, las comunidades locales temen quedar debilitadas si se da esta distinción.
“Con arreglo a su legislación nacional, respetará, preservará y mantendrá los conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica y promoverá su aplicación más amplia, con la aprobación y la participación de quienes posean esos conocimientos, innovaciones y prácticas, y fomentará que los beneficios derivados de la utilización de esos conocimientos, innovaciones y prácticas se compartan equitativamente”, - Artículo 8(j) del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
“Para nosotros el 8(j) es el espíritu del convenio y donde han salido tantas iniciativas, tantas cosas que muchas veces los Pueblos Indígenas hemos sentido que no hemos estado presentes. Entonces esta lucha es prácticamente el tema del posicionamiento, de las recomendaciones que los Pueblos Indígenas tienen que estar en estos espacios de negociación igual que a nivel nacional porque muchas veces a nivel nacional los Estados tienen marcos nacionales muy hermosos, muy bonitos que reconocen los derechos de los Pueblos Indígenas y cuando llegamos a estos espacios de negociación prácticamente a veces nos desconocen, no quieren escuchar nuestras recomendaciones”, detalla López.
Para la lideresa Kuna, los gobiernos no deben tener un doble discurso. “Si se habla de la COP de la gente, lo que debe ocurrir durante la COP16 es que este lema no quede en discurso, que se decida vivir en paz con la naturaleza. Tiene que haber una voluntad política de los estados en implementar este Marco Global de Biodiversidad, y que sus principios consideren una participación plena y efectiva de los conocimientos tradicionales, que sean valorados y respetados”, añade.
Ketty Marcelo señala que los aportes de la sabiduría desde los Pueblos Indígenas para la conservación de la biodiversidad están muy bien en los documentos, pero que eso no se trasluce en las políticas públicas.
“No se ve reflejado en las políticas nacionales, y sentimos que hay discriminación. Es como que la sabiduría de nuestros ancestros, la sabiduría que hemos heredado, no es reconocida. Y aquí hay que destacar el papel de las mujeres sabias, que conectan el territorio con la espiritualidad”.
Al igual que Florina, la lideresa Asháninka espera que en esta COP la CDB reconozca también el importante papel que juegan las mujeres en la conservación de la biodiversidad. Ambas consideran que se debe garantizar los derechos de las mujeres como defensoras de la vida en todos los espacios y procesos. “Para nosotros la relación que existe entre género y biodiversidad de las mujeres indígenas es esencial, es clave. No solo hablamos del tema de género en un contexto occidental porque nosotras las mujeres indígenas hacemos nuestra propia visión sobre ese tema. Para nosotras es hablar de mujeres indígenas y de hombres indígenas, entonces esa es la idea, lo fundamental para nosotras”, subraya la lideresa kuna.
Cali afrodescendiente
Por lo general, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) se ha centrado en los Pueblos Indígenas debido a su larga historia de relación con la tierra y sus conocimientos tradicionales sobre la biodiversidad. Y no menciona específicamente a las comunidades afrodescendientes, aun cuando desempeñan un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad y tienen mucho que aportar a las negociaciones sobre este tema.
El gobierno de Colombia ha anunciado que las comunidades afro del Pacífico colombiano tendrán una participación importante en la COP16. Estas demandan el reconocimiento de sus derechos colectivos, incluidos sus derechos sobre la tierra, los recursos naturales y sus conocimientos tradicionales. Y, por supuesto, exigen una participación equitativa en los procesos de toma de decisiones, tanto a nivel nacional como internacional.
Estas comunidades de Colombia elaboran su propia concepción de la biodiversidad, y demandan ser reconocidos como sujetos políticos de derechos, respetando y potenciando su autodefinición: pueblos afrodescendientes. Lo cual debe verse reflejado en el lenguaje, marco conceptual, textos y normativas que regulan las decisiones del CDB (y también de la CMNUCC).
“Debe haber un reconocimiento étnico, territorial y ambiental en esa relación que las comunidades negras, afrocolombianas, tenemos con la naturaleza. Nosotros tenemos luchas históricas desde que nuestros ancestros fueron traídos como esclavos. Una historia de persecución y resistencia. Con el secuestro de los africanos se trajeron semillas que le permitieron seguir desarrollando sobre todo una cultura, una idiosincrasia propia”, dice Erlendy Cuero, vicepresidenta de la Asociación de Afrocolombianos Desplazados (Afrodes Cali).
“Los mares, los ríos, los océanos, las lagunas, las selvas húmedas y los manglares son parte de la esencia y la existencia de los pueblos afrocolombianos, porque en ellos se enlazan las historias de nuestra supervivencia. Tienen que ver con la memoria, con esa narrativa necesaria que permite que traigamos toda una historia que hace posible que la gente se reconozca. Y la biodiversidad ha sido y es necesaria para que nosotros, los pueblos negros, los pueblos afrodescendientes, podamos existir”, señala a ColmenaLab.
Las comunidades afrocolombianas han desarrollado, a lo largo de su historia, estrategias de adaptación y supervivencia únicas. Estas estrategias, arraigadas en su rica herencia cultural, reflejan una profunda interrelación entre el ser humano, la naturaleza y lo espiritual, forjada en un contexto sociohistórico particular.
Cuero señala que por su historia y su hábitat, las comunidades afrocolombianas han defendido y conservado el agua y los demás recursos naturales. “Desde pequeños hemos aprendido a observar la luna, a cortar árboles, pero sin deforestar, a cultivar, sembrar, a pescar en los ríos, pero con respeto a las especies, a la flora y fauna. Cuidamos la biodiversidad de Cali, por eso esta ciudad será sede de la COP. Pero no se reconoce nuestro aporte al cuidado del medioambiente, al cuidado de la riqueza del Pacífico”.
“No se visibiliza lo que hacemos, a pesar de que desarrollamos acciones de protección de la biodiversidad y la adaptación al cambio climático. Mi percepción es que es consecuencia de un racismo estructural y discriminación”, explica.
Cuero no sabe si será realmente la COP de la gente, y si ello involucrará en las decisiones a las comunidades afrocolombianas. Lo que le interesa es que luego de la COP16 continúen las discusiones sobre biodiversidad, cambio climático y las poblaciones afro de Colombia. “¿Qué va a pasar después que finalice la convención? Las comunidades negras, afrodescendientes, indígenas, campesinas, locales estamos trabajando en propuestas que conlleven una participación política más allá del marco de la COP. Estaremos en la convención, hablaremos, socializaremos, pero queremos continuar actuando, participar en las negociaciones y que se reconozca en la práctica nuestro aporte”.
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