Un estudio integral muestra que la deforestación empeoró en 2022, a pesar de las promesas de alto nivel para salvar y restaurar los bosques. El mundo se quedó corto en un 21% respecto a las metas anuales que debe alcanzar para poner fin a la deforestación en 2030.
WASHINGTON, DC/LONDRES (24 de octubre de 2023). Un nuevo estudio realizado por una coalición de organizaciones de la sociedad civil y centros de investigación, evaluó el progreso de las promesas hechas por los países, las compañías y los inversionistas para eliminar la deforestación y restaurar 350 millones de hectáreas degradadas para 2030. El estudio revela que en 2022, el progreso global por la protección y la restauración de los bosques avanzó muy lentamente y, en algunos casos, empeoró.
"Los bosques del mundo están en crisis. Se han hecho promesas para detener la deforestación y financiar la protección de los bosques, pero la oportunidad de avanzar se nos escapa año tras año”, afirmó Erin Matson, autora principal de Forest Declaration Assessment y consultora senior de Climate Focus.
“Vimos que en 2021, los esfuerzos para acabar con la deforestación se estaban retrasando. El 2022 era una oportunidad para ponernos al día, pero las autoridades se quedaron cortas, otra vez. No podemos permitirnos seguir dando tumbos en el camino hacia la meta de no deforestación, en 2030. Ahora está claro que detener la deforestación demandará cambios radicales en la economía, esto implica que la sociedad en su conjunto tiene un rol que desempeñar”, afirmó Matson.
En términos generales, la deforestación global aumentó un 4% en 2022, en comparación con 2021. Esta pérdida de alrededor de 6,6 millones de hectáreas de bosques significa que el mundo se desvió un 21% del camino hacia la eliminación de la deforestación propuesta para el 2030. Las acciones para proteger los bosques tropicales primarios, los más densos y prístinos del planeta, están un 33% desviadas, con 4,1 millones de hectáreas perdidas en 2022. En términos globales necesitamos reducir la deforestación en 27,8% para volver a estar alineados con las metas para 2023.
La evaluación anual de compromisos internacionales, como la Declaración de Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra (2021), da seguimiento al progreso respecto a la reducción de la pérdida de bosques, comparando la tasa de deforestación promedio entre 2018 y 2020 (el "nivel de referencia"), con la mira puesta en alcanzar cero pérdidas para 2030. Así, la deforestación se desaceleró en 2021, pero no lo suficiente como para que el mundo esté bien encaminado para alcanzar el objetivo 2030. En 2022, las tasas globales de deforestación aumentaron y el mundo desvió aún más su camino hacia dicha meta.
“Pero no se pierde la esperanza", añadió Franziska Haupt, una coautora del informe y socia de Climate Focus. "Descubrimos que unos 50 países están en vías de acabar con la deforestación en sus fronteras. Los principales países con selvas tropicales, como Brasil, Indonesia y Malasia, han reducido drásticamente la pérdida de bosques. Las reformas necesarias no son pan comido, y estos países constituyen ejemplos claros que otros deben seguir, pero el reto es grande, a nivel mundial tendremos que reducir la deforestación en 27,8% para estar en buen camino para 2023". (Los datos aún no reflejan las reducciones de deforestación de Brasil en 2023).
En 2022, los trópicos, se desviaron en el progreso para eliminar la pérdida de bosques. En estas zonas, la pérdida de bosques aumentó un 8% con respecto a los niveles de referencia en América Latina para las áreas tropicales, donde Brasil y Bolivia tuvieron los peores desempeños. (Los datos aún no reflejan las reducciones de deforestación de Brasil en 2023). En contraste, la deforestación bajó 18%, desde los niveles de referencia (2018 -2020) en los países tropicales asiáticos, entre los cuales, Malasia e Indonesia cumplieron sus objetivos intermedios para 2022.
En los trópicos, las actividades agropecuarias como la agricultura, la ganadería, la industria de soya, la producción de aceite de palma y las pequeñas granjas, son el principal motor de la pérdida de bosques. La expansión de las carreteras, los incendios y la tala comercial también destruyen y degradan estos bosques.
Los bosques primarios en los trópicos la pasaron especialmente mal en 2022, su pérdida aumentó 6% en comparación con los niveles de referencia. Ninguna de las tres regiones de bosques tropicales, África tropical, Asia tropical, y, América Latina y el Caribe tropical— están encaminadas a eliminar la pérdida de estos preciosos bosques.
El informe ofrece una evaluación exhaustiva de los avances en la protección de los bosques templados y boreales, realizada hasta la fecha. Esta evaluación se centra en la degradación, que supone una amenaza continua para todos los bosques. El informe utiliza una métrica desarrollada recientemente para rastrear la degradación forestal a escala mundial.
El informe concluye que cada año se produce una degradación significativa y generalizada en cada una de las regiones del mundo. Esta conclusión es especialmente importante porque ilustra las amenazas que se ciernen sobre la biodiversidad forestal, el carbono almacenado y la resistencia de los ecosistemas, incluso en las regiones de bosques templados y boreales, donde la deforestación es escasa.
Según Forest Declaration Assessment, algunos países desarrollados necesitan proteger mejor sus bosques de la degradación, debido a las prácticas de tala y al cambio climático. En Norteamérica y el norte de Europa, por ejemplo, las empresas madereras continúan talando y devastando grandes extensiones de bosque, que en ocasiones incluye devastar ecosistemas forestales primarios, antiguos e irremplazables. Afortunadamente, los responsables políticos ponen cada vez más atención a esto y están abordando estos problemas en algunos de los países afectados. Canadá, por ejemplo, está trabajando en la elaboración de una definición de degradación forestal para mejorar su seguimiento y presentación de informes.
"Si bien debemos aplaudir cualquier éxito, los avances en algunos países o regiones se vieron socavados por los fracasos en la reducción de la pérdida de bosques de otros países", añadió Haupt. "Todos los países deben asumir su responsabilidad, Deben limitar la huella de deforestación y degradación en sus propios países, además de apoyar y colaborar con las iniciativas en el extranjero, sobre todo a las de los países en desarrollo", agregó Haupt.
Otros hallazgos fundamentales del estudio son:
Aumento de las emisiones brutas provenientes de la deforestación. Las emisiones brutas de gases de efecto invernadero provenientes de la deforestación aumentaron un 6% en comparación con 2021, sumando un total de 4.000 millones de toneladas de dióxido de carbono.
La biodiversidad en los bosques está bajo amenaza. Los datos actualizados muestran que especies que dependen de los hábitats boscosos para su supervivencia o reproducción, disminuyeron drásticamente. Según el índice de especies especialistas de bosques, las poblaciones monitoreadas decrecieron en promedio un 79% entre 1970 y 2018.
Pero hay buenas noticias: el mundo progresó en la eliminación de la pérdida de cobertura arbórea en áreas de gran valor para la conservación. En 2022, 1,2 millones de hectáreas de bosques se perdieron dentro de áreas boscosas de diversidad fundamental en todo el mundo. Esto representa un 30% de descenso desde el período de referencia de 2018-2020.
El progreso en la degradación forestal —la disminución progresiva en la estructura del bosque, las especies que lo componen y las funciones ecológicas— fue mixto, y los datos disponibles llegan solo hasta 2021. Hubo un aumento de la degradación en las regiones tropicales y no tropicales de América Latina y África, en Asia tropical y no tropical, Europa y América del Norte la tasa de degradación se desaceleró. Sin embargo, en todas las regiones, la integridad de los bosques siguió empeorando.
Si bien existe evidencia de que la restauración está subiendo a nivel global, el seguimiento del progreso se ve obstaculizado por la flagrante falta de transparencia en las acciones públicas y privadas para restaurar los bosques en todo el mundo. Es esencial que tanto el sector público como el privado estén a la altura e informen sus datos de restauración, con el foco puesto en la calidad, la validación y la transparencia.
El informe revela una vez más una enorme brecha entre el financiamiento actual y el que se necesita para los bosques. Los 2200 millones de dólares en fondos públicos anuales destinados a proyectos para proteger bosques, son solo una fracción de la inversión que se necesita.
Mientras tanto, las inversiones en sectores que destruyen los bosques continúan, al parecer sin tregua. Por ejemplo, Forest 500 estima que hasta octubre de 2022 las instituciones financieras privadas tenían 6,1 billones de dólares en financiamiento activo en compañías que estaban más en riesgo de impulsar la deforestación tropical a través de la producción de commodities agrícolas. Al mismo tiempo, las inversiones en pueblos indígenas y comunidades locales son mínimas.
"El liderazgo en la protección de los bosques sigue siendo la excepción, erradicar la deforestación sigue sin ser una prioridad para la mayoría de las empresas o sus financiadores", afirmó Thomas Maddox, Director Global de Bosques y Tierras de CDP.
"En la mayoría de los casos, la presión para actuar por parte de las autoridades políticas sigue siendo demasiado débil para impulsar avances significativos en las finanzas públicas o el comercio privado. Si queremos ver un progreso real, debemos cambiar la forma en que los sectores público y privado valoran la naturaleza, incluidos los bosques.", agregó Maddox. "Con la adopción generalizada y la aprobación del marco de TNFD, Taskforce on Nature-related Financial Disclosures, recientemente publicado, y un mayor compromiso con la colaboración de múltiples partes interesadas, como los enfoques paisajísticos, existe esperanza real de que podamos empezar a avanzar en la dirección correcta", comentó Maddox.
Al mismo tiempo, el informe señala que las inversiones para las iniciativas de los pueblos indígenas y las comunidades locales son mínimas. "El triste hecho sigue siendo que muchos compromisos para proteger los derechos de pueblos indígenas y comunidades locales a menudo simplemente son palabras", dijo Darragh Conway, un autor del informe y consultor legal líder de Climate Focus. "Análisis previos han mostrado que los pueblos indígenas y las comunidades locales reciben una fracción del financiamiento necesario para asegurar sus derechos y administrar sus territorios. Mientras tanto, la evidencia en el territorio muestra un progreso lento: el reconocimiento legal de las tierras de pueblos indígenas y comunidades locales ha aumentado en regiones de bosques tropicales clave. Sin embargo, estas comunidades están constantemente sometidas a violencia y criminalización cuando protegen sus tierras, aunque sean las más directamente perjudicadas por la destrucción de los bosques", agregó Conway.
Los países desarrollados han anunciado decenas de iniciativas para apoyar el fin de la deforestación tropical; sin embargo, los incentivos que reciben no son suficientes para superar los desafíos y alcanzar los objetivos. Por ejemplo, los pagos del programa llamado REDD+, que proporciona incentivos para la protección de los bosques, son demasiado bajos de entrada o en general. La mayoría de los países en desarrollo aún necesitan considerable apoyo para iniciar las reformas críticas que se necesitan.
La evaluación muestra que algunos países, compañías e inversionistas han demostrado liderazgo en la lucha contra la deforestación. La Unión Europea, por ejemplo, aprobó en 2022, una legislación histórica que, de implementarse, obligará a las compañías a eliminar la deforestación de sus cadenas de suministro, al menos en cierta medida.
Al mismo tiempo, la mayoría de las principales compañías de cadenas de suministro de commodities, - que ponen en riesgo los bosques- , evaluadas por Forest 500 no tienen políticas claras, integrales o ambiciosas para eliminar la deforestación de sus operaciones. La mayoría de las instituciones financieras no tienen pólizas de riesgo forestal que cubran sus préstamos e inversiones.
"El mundo está perdiendo bosques con consecuencias devastadoras a escala global", afirmó Fran Price, principal de Bosques del WWF. "Es imposible revertir la pérdida de la naturaleza, hacer frente a la crisis climática y desarrollar economías sostenibles sin los bosques. Desde que se hizo el compromiso mundial de acabar con la deforestación para 2030, se ha perdido una superficie de bosque tropical del tamaño de Dinamarca. Nos encontramos en un momento crítico. Los gobiernos y las empresas tienen la enorme responsabilidad de encaminarnos por la senda correcta. No necesitamos nuevos objetivos forestales, necesitamos ambición sin concesiones, rapidez y responsabilidad para cumplir los objetivos que ya se han fijado. Es hora de dar un paso adelante", comentó Price.
Para más información: https://forestdeclaration.org/resources/forest-declaration-assessment-2023/
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